Las Calendas de San Fernando

Las Calendas de San Fernando es el baile popular de tendencia tradicional de la ciudad de San Fernando que se realiza el 30 de mayo en el Estado Apure de Venezuela. Es una manifestación cultural fundamentada en la fe católica en honor al santo patrono San Fernando Rey III. Fue ideada por el cultor Arriz Domínguez en 1997 y presentada por primera vez ese mismo año en ocasión del día de San Fernando. Aquí te contamos todo sobre las Calendas.

¿Cuál es el origen del baile de las Calendas?

Al ritmo de percusión y viento bailan gigantes mujeres por las calles de la ciudad de San Fernando. Visten de faldas largas, floridas y muy coloridas terminadas en faralaos. Su blusa hace juego y es como las de las mujeres del campo del Llano apureño venezolano. Son elegantes con sus accesorios y maquillaje y todas llevan un tocado florido que remata un largo velo de colores que cubre sus también largas cabelleras. Miden más de dos metros de alturas. ¿Cómo es posible?

El sueño

Un día del año 1997, Arriz Domínguez estaba durmiendo y tuvo un sueño aterrador. Estas gigantes lo perseguían por la ciudad, todas iban tras de él comandadas por una mujer rubia de cabellos largo, cuyo rostro no logró identificar, vestida igual que las gigantes.

Esto no habría pasado de un mal sueño de no ser porque otro día volvieron a aparecer estas damas gigantes así ataviadas y lo llevaron ante un rey muy triste y melancólico. Ya no daba miedo, sino pesar. Y así pasaron los días, hasta que volvieron las gigantes en sus sueños junto al rey. Este le pidió que creara algo que lo entretuviera y le acercara al pueblo. De repente, vio como mujeres de estatura promedio traspasaban a las gigantes cual si fueran espectros y con sus energías hicieron que las gigantes comenzaran a moverse rítmicamente. Entonces le dijo el rey: ¡ellas bailarán para mí frente a mi casa!

Arriz aún no comprendía. Unos guardias reales lo llevaron hasta la puerta del palacio; cuando la puerta se abrió, volteó para ver en dónde estaba y se encontró saliendo justo por las enormes puertas principales de la Catedral San Fernando de su ciudad.

La idea

Comenzó a dibujar a estas mujeres gigantes, la forma en que vestían y cómo lucían. Dibujó a las «almas» que las hacían bailar. Arriz es un hombre de cultura y folklore de Venezuela y en especial de su Estado Apure. Sabía, además, que todas las regiones del país tenían una celebración especial en el calendario folklórico venezolano, y aunque el Estado Apure y su ciudad son reconocidos por el típico baile de joropo y la música llanera, esto no es algo único del lugar, puesto que son representativos de toda la región de Los Llanos en general al Norte de la América del Sur, y por otro lado, en las comunidades indígenas realizan danzas en honor a Santa Rosa, pero no se reconocen en el calendario cultural como festividad.

Entonces, tuvo una idea. Seguramente eso es lo que decía el rey. Su ciudad, San Fernando, lleva este topónimo por el rey Fernando III El Santo, Rey de Castilla y de León (España) Todo cobraba sentido. Es que, en San Fernando de Apure, se eleva un monumento de unos 7 metros de altura en honor al santo patrono. Es gigante. Toda cuadra perfectamente, por eso las mujeres también eran gigantes, para bailar para San Fernando.

El proyecto

Con todas las ideas en su mente y algunos bocetos, juntó a los maestros de cultura que coordinaba a nivel regional para el Ministerio de Educación. Ellos habían conformado el llamado Grupo Magisterial. Los convocó en el comedor de la Escuela Alirio Goitia Araujo, con la intención de crear el baile representativo de la ciudad de San Fernando dentro del calendario folklórico nacional y dejar un legado al pueblo apureño para fortalecer su identidad y desarrollo cultural. Como en una película, les dibujó toda la idea en el aire de cómo sería el baile, los personajes principales y sus características esenciales. Todo el mundo estaba emocionado. Querían hacerlo realidad.

Arriz pasó algunos meses refinando todas sus ideas. Su casa se llenó de bocetos, algunos terminaron en la basura, otros quedaron para dar forma a todo lo demás. Le dio nombre a cada personaje. Creó Capitanes a como su imaginación le decía, sin conocer historias reales ni haber tenido ningún acercamiento con España, que debía ser un capitán del rey Fernando. Creó las Almas, y creó las muñecas junto con el diseño esquelético necesario para que las Almas les dieran vida. Necesitaba un nombre para ellas.

Por un lado, él sabía que a una muñeca gigante que baile en una manifestación popular se le llama Calenda, y además sabía que las calendas eran las que los romanos marcaban con las fechas de las celebraciones de los santos. No había de otra, ellas eran sencillamente las Calendas de San Fernando.

Mucho tiempo dedicó a refinar el proyecto, muchas noches despertaba con nuevas ideas y se levantaba a escribirlas. Cuando tuvo la forma suficiente, lo hizo ver con el profesor Carlos Enrique Sosa Arriaga, quien era su jefe en el Departamento de Formación y Difusión Cultural de la Zona Educativa del Estado Apure, donde él trabajaba. Sosa lo consideró un buen proyecto y le sugirió buscar el apoyo de todo el sector educativo con la aprobación de la directora del ente, la profesora Sandia Pérez de Sebastiani.

Junto con Carlos Sosa, Arriz tuvo la entrevista con la directora que se entusiasmó y dio la orden para que su administración los apoyara con dotación de materiales necesarios para comenzar, no sin antes recordarle que la alcaldía debía dar los permisos para salir por las calles. Con esta instrucción, Arriz se presentó ante la licenciada Hortensia Sosa de Rivero con la solicitud de apoyo. Muy encantada, pero con una duda especial: ¿dónde van a hacer las calendas? El único lugar era la casa de Arriz a las afueras de la ciudad. Entonces, sin que le fuera pedido, Hortensia hizo el mayor ofrecimiento personal que podía: ¡si les sirve, pueden usar la terraza de mi casa! Su casa estaba a pocos metros del monumento a San Fernando, un lugar estratégico para que el grupo se juntara a trabajar.

El apoyo de la iglesia

Con la fuerza de su equipo, y recordando sus sueños, el rey estaba dentro del palacio y las calendas también, y ese palacio al final no era otra que la Catedral. Tenía mucho sentido, porque allí reposa la imagen representativa de San Fernando Rey. Tenían que hablar con la iglesia para obtener su apoyo.

La tarea no era fácil. Arriz se dirigió con su proyecto en mano a la diócesis en busca de la buena voluntad de Monseñor Mariano Parra Sandoval a quien él no conocía ni de vista ni de trato. Frente a la iglesia, se encontró con el profesor Elvis García a quien le pidió que lo acompañara al encuentro. Así ambos entraron a la Catedral. Domínguez se quedó helado cuando vió a Monseñor. Su rostro era aquel del rey que se presentó en sus sueños. Esto es casi un imposible. Este instante reforzó su convicción de que estaba haciendo lo correcto y lo que sus revelaciones le indicaban.

Una grata recepción tuvo y Monseñor dio su consentimiento con agrado. Para los detalles, los refirió a conversar con el Presbítero Franklin Manríquez. El padre quedó enamorado del proyecto y así se convirtió en el primer guía espiritual de las Calendas de San Fernando. Con su apoyo, el grupo se llenó de mucho entusiasmo y fueron largo días de preparación.

El apoyo del municipio

Con el visto bueno de la iglesia. Arriz, junto con el profesor Santiago Betancourt, se dirigió entonces a la municipalidad para presentar el proyecto al alcalde Simón Emilio Navas. En la entrevista estuvo presente la señora Inés de Bacalao, quien con la aprobación del alcalde quedó a cargo de brindar todo el apoyo para que las Calendas de San Fernando se hicieran realidad en la ciudad. Adicionalmente, dio los permisos y dispuso una partida de mantenimiento para las Calendas en su presupuesto que se mantuvo durante tres gestiones.

Nacen las Calendas de San Fernando

Con todo autorizado, aprobado y en orden, creció la motivación. Arriz le presentó el diseño de una Calenda a Santiago Betancourt, quien además tenía dotes de herrero, puesto que estas necesitaban una estructura interna que permitiera que una mujer la sostuviera sobre sus hombros y mantener más de un metro de cuerpo hacia arriba erguido. La hicieron, entonces, de hierros, y para alivianar, el resto sería de cartón al estilo de una piñata.

La primera calenda

En casa de Arriz hicieron el primer armazón de la primera calenda. Para entonces, la profesora Gerlys Burgos, amiga de la casa y también del ámbito cultural, fue de visita y se encontró con el armazón y toda la historia que Domínguez le contó. Su emoción no fue normal. Ahí proclamó que ella sería una calenda, y de inmediato se colocó el armazón sobre sus hombros y comenzó a bailar. Así de espontáneo, sin saberlo, se convertiría en la primera Calenda de San Fernando.

El diseño fue mejorando, porque inicialmente era muy pesado. Abril de 1997 fue un mes muy laborioso. Hacían ensayos en la Plaza Bolívar al frente de la Catedral, y a la vez iba a casa de Hortensia para crear a las calendas. Mientras tanto, en cada casa de cada cultor, las máquinas de coser hilaban para hacer los trajes de todos. EL primero que destrozó todas las cortinas de su casa fue Elvis García, porque había que sacar telas, mucha tela, incluso de dónde no tenían.

La coreografía

Arriz había diseñado todo, incluso la que sería la primera coreografía de las calendas. Entonces la invitó a la profesora Magaly Loreto para que se uniera al grupo, porque en su mente, esa mujer que lideraba a las gigantes que le perseguían en sus sueños debía ser ella. Tras meditarlo algunos días, Magaly se presentó de sorpresa a los ensayos en la plaza y una sola condición agregó: sería la dama guía de las Calendas si tan solo le permitían cambiar la coreografía. Ella era especialista en esto, así que fue la petición más razonable que pudieron tener. Y fue como Loreto se convirtió, además, en la coreógrafa de la manifestación.

Todo iba genial, hasta que se enteraron de que la iglesia no permitiría que la imagen de San Fernando saliera en procesión con las Calendas, por mero cuidado. Fue todo un dilema, pero los ensayos seguían adelante. Saldría incluso sin el santo, pero esto no dejaba en paz a Domínguez. Él, artista multifacético, llevó un cúter a los ensayos en la plaza, allí encontró un pedazo de madera y comenzó a tallar una imagen de San Fernando. Esa pequeña pieza de madera, que se convirtió en la imagen de San Fernando, sería la que acompañaría el primer baile de las calendas.

La música

Aún faltaban detalles. Por ejemplo, ¿qué bailarían las calendas? ¿Acaso, un joropo? No era una idea práctica. Arriz igual comenzó a escribir unos versos para crear la canción, que la verdad carecían de toda métrica. Entonces, en un momento, la profesora y poeta María Auxiliadora Gomez leyó aquellos versos y decidió escribir algo totalmente nuevo. Le presentó las letras a Arriz, quien quedó encantado, y fue entonces como María Auxiliadora se convirtió en la autora de la canción de las Calendas de San Fernando.

Esto solucionó la mitad de la necesidad de tener algo para bailar, pero aún faltaba la música propiamente. Entre tantas ideas y conversaciones que tuvo en su lugar de trabajo, su colega Rafael (Kiko) Mota, músico especialista, compuso las notas que con instrumentos de percusión y viento harían que todo el mundo se llenara de energía para bailar. Era perfecto. Trataron de ensayar la música con la letra, pero estaban divorciadas. No coincidían los compases. Pero nunca estuvieron solos. Allí intervino el profesor Eduardo Hernández, quien hizo los arreglos a la letra de forma que versos y música fueran armónicos.

El primer baile de 1997

Y así, nacía desde cero la que sería la manifestación popular tradicional de la ciudad de San Fernando. Fueron 28 personas, cultores que vistieron los primeros trajes, ensayaron las primeras coreografías, soñaron con dejar un gran legado.

Calenderos fundadores

Estos fueron los calenderos fundadores y los roles que cumplieron. Ellos mismos fundaron un año después a Fundacalendas y los que aún mantienen sus vínculos con la manifestación son las principales autoridades morales de las Calendas de San Fernando:

  1. Franklin Manríquez (Guía Espiritual)
  2. Arriz Domínguez (Abanderado)
  3. María Auxiliadora Gómez (Dama Estandarte)
  4. Moraima Aguilar (Madrina del Santo)
  5. José Luís Sequera (Agricultor)
  6. José Ángel Agüin (Agricultor)
  7. José Gregorio González (Agricultor)
  8. William Cordero (Agricultor)
  9. Omaira Rodríguez (Artesana)
  10. Miriam Zozaya (Artesana)
  11. Lina Caribay Vera (Artesana)
  12. Lujandra Bello (Artesana)
  13. Magaly Loreto (Dama Guía)
  14. Santiago Betancourt (Capitán de Punta de Dama Guía)
  15. Erick Betancourt (Capitán de Punta de Dama Guía)
  16. Elvis García (Capitán de Cola de Dama Guía)
  17. Fhaidel Domínguez (Capitán de Cola de Dama Guía)
  18. Maritza García (Dama Cantante)

Calendas y sus Almas

  1. Miriam Aquino (Calenda de San Fernando)
  2. María Isabel Gonzalez (Calenda de San Fernando)
  3. Ivis de Rojas (Calenda de San Fernando)
  4. Lirimar Peralta (Calenda de San Fernando)
  5. Lourdes Cadenas (Calenda de San Fernando)
  6. Emilia Pulido (Calenda de San Fernando)
  7. Celica Silva (Calenda de San Fernando)
  8. Geisha Cordero (Calenda de San Fernando)
  9. Carmen González (Calenda de San Fernando)
  10. Lina Vera (Calenda de San Fernando)

El 30 de mayo de 1997 bailaron por primera vez las Calendas de San Fernando, hasta el sol de hoy, con fe y sin falta.